HISTORIA DE UN CORAZÓN
Íbamos a amarnos toda la vida
y mira dónde estamos ahora:
Cada cual por su camino.
¿Qué nos pasó?
Yo te amaba tanto,
tú me amabas tanto.
Nada podía ni debía separarnos
jamás
Así que nos casamos.
Fuimos felices.
Hasta comimos perdices.
Tuvimos hijos.
Pero no quiero hablar de eso
(duele tanto).
¿Quién titubeó primero?
¿Quién miró hacia otro lado
con deseos de algo más?
Ahora te miro
con ganas de no sé qué,
y sé que te da un fastidio atroz
que venga cada sábado por los niños.
Así cuándo voy a casarme yo
de nuevo, pero no me quejo.
Tu nuevo pretendiente se parece
cada vez más al anterior,
siempre en mis antípodas.
Yo me voy con los niños al parque;
rodamos por el pasto,
después nos vamos al cine
a ver una película taquillera,
y mientras ellos ríen a carcajadas
yo me acuerdo a ratos de ti
tomados de la mano ahí mismo,
haciendo cosas casi perversas
en ésa época en que nos amábamos
tanto. Pero ya no importa tanto tampoco.
De lunes a viernes estoy disponible.
Mi corazón no se rinde.









